En la última década, el skate se ha disparado en Cuba, con cientos de patinadores en la capital, La Habana. Pero las raíces del skate en la isla comunista se remontan a principios de los '80. Con 41 años de edad, Alexander González Borrego ha estado patinando desde 1982, cuando una patineta era un trozo de madera con ruedas de patines de hierro.
Escritora de New Times Jessica Weiss conoció a González el mes pasado, mientras informaba en La Habana sobre la banda de chicas skater que están empujando los límites en la isla comunista. González, que ahora vive en Suecia, relató sus recuerdos de los primeros días de la cultura del skate de Cuba. Sus comentarios a continuación:
Alexander Gonzalez Borrego: Nuestra historia comienza en la década de los ‘80. En el año 1982 yo tendría 8 años y comienza mi afecto por el skate por medio de un amigo. Recién terminabamos de jugar fútbol entre todos los muchachos del barrio. De manera inmediata al yo ver aquella tabla de madera con cuatro rueditas enseguida me llamó la atención, la cual hasta el día de hoy no he podido olvidar. Era exactamente un par de patines de hierro los cuales cortabas en dos partes, tomabas un pedazo de madera y colocabas tus patines en cada extremo de la tabla.
Al día siguiente le pedía a mi abuelita que me comprara un par de patines, desde entonces comencé durante mi niñez a fabricar mis propias patinetas dándole diferentes modelos a las tablas con la ayuda de mi tío que era carpintero.
El primer material de skateboarding que comenzó a entrar en cuba era por los rusos ya que en aquel momento cuba se abastecía por ellos. Y no sólo por los soldados sino también por los estudiantes, y médicos.
Empiezan a pasar los años y así a la misma vez las primeras patinetas con formas de pez, llamadas Aloha Style, les llamábamos cola de pescado. En 1986 comienza mi verdadero amor por el skateboarding, ya yo tendría 12 años. Ya yo era un poquito más grande así que ya yo podría salir a patinar a diferentes lugares y empiezo a conocer a los patinadores que también se habían iniciado en esa época. Ya comenzaban los problemas de los trucks que se quebraban y teníamos problemas para conseguirlos, aún no se quebraban las tablas.
Comienza otra nueva época y nuevas tablas — las llamadas doble cola que son las que usamos hoy en día. Para nosotros esto se empieza a conocer en 1987 y 1988. Ya yo tendría 14 años.
Comienzo a estudiar en la secundaria en donde conozco al Che [Che Alejandro Pando Napoles, un skater] y muchos patinadores más. Aquí empieza verdaderamente el problema con nuestras tablas, ya los trucks eran mucho más fuertes pero comenzaban a quebrarse las tablas y no había forma para conseguirlas. Todas estas patinetas entraban al país por medio de personas que tenían padres con profesiones que les permitía viajar al extranjero, y los marineros, que habían muchísimos en esa época.
La primera patineta doble cola que yo ví fue de un amigo que se llama Oreste Angulo. Su padre vivía en los Estados Unidos. Le pregunté muchas veces si la quería vender pero nunca me daba una respuesta.
El Che comienza a hacer un aparato para comenzar a hacer y doblar sus propias tablas, él tenía más conocimiento para trabajar con las maderas. El era carpintero. Las tablas a veces se rompían en su elaboración y a veces con buenos resultados. El problema era que se necesitaba de mucho tiempo para construir una tabla y las que salían con buenos resultados con el tiempo volvían a su estado normal, es decir que las puntas se bajaban. Por eso una vez que quebramos una tabla había que ponerle otra tabla por debajo con tornillos para poder seguir patinando.
Para esta época ya todos los patinadores había dejado de realizar el skate, muchos porque se fueron a vivir el los estados unidos, otros porque adquirían buenos trabajos y otros que simplemente lo tomaron como una diversión de la niñez y de la época. El Jabao de la calzada del Cierro, el Viernan, el Manco, Luber, Aroldo, Félix, el Lara, el Maraca, Victor, 3×4 y muchos más que no puedo recordar los nombres y algunos que tampoco conocí. Ahora solo quedamos dos: El Che y yo. Para esta nueva generación que creamos me empezaron a llamar El Negro.
Estuvimos patinando mucho tiempo los dos solos hasta punto que no había nada de material para patinar. Las tablas estaban tan gastadas que no tenían nada de punta ni de cola y no se podía conseguir nada. El Che comienza a iniciarse como tatuador y comenzábamos a hacer surfing atrás del hotel Tritón. Así nos mantuvimos un par de años hasta que por fin pudimos comenzar a conseguir material para patinar. Seguimos patinando pero no tan seguido porque el Che necesitaba trabajar con sus tatuajes.
Yo comienzo a patinar más solo y comienzo ir al Capitolio y al Prado. Había una o dos personas que tenían patinetas pero no eran patinadores y yo poco a poco les empiezo a levantar el ánimo para crear una nueva generación la cual creció poco a poco hasta convertirse en lo que es hoy en día. En ese tiempo ya había uno comenzando el skate con un buen nivel. Su afección por el skate nació por los juegos de Tony Hawk. Siempre patinaba solo y poco a poco trataba de hacer que viniera a patinar con nosotros. Su nombre es Fernando Verdecia Maseda. Hoy es un gran patinador cubano con tremendo nivel y ha logrado tener su sponsor y vive en Miami. Respeto y un saludo muy grande para el.
Comienza a crecer el skate en Cuba nuevamente y empezamos a llevar la gente a 23 y g donde comenzamos a patinar por la noche cuando íbamos al Vedado a divertirnos. Así este parque tomó más nombre con esa generación. Ya teníamos a Dayron, Wilfredo, Chan, Jorgito, Álvaro y la gente de Playa que habían empezado a surfear.
Ya comenzaban a venir turistas y a interesarse por el skate en Cuba - dejando sus tablas y sintiéndose emocionados al saber que en Cuba se conocía el skate. A pesar de nuestros problemas y cada vez que regresaban traían material para seguir patinando.
Yo escribí a una tienda de skate en México la cual el Che ya lo había hecho pero sin obtener ningún respuesta. Faltaban unos días para la Gran Feria de la Habana 2001 cuando recibí una carta de la tienda Pacific Extreme con fotos de los patinadores de la tienda dándonos aún más fuerzas, y agradecidos por mi carta el dueño de la tienda y su colega vinieron a vernos y a traernos material para patinar con algunas gorras y pullovers para repartirlos a los patinadores. Hicimos un pequeño encuentro en el Capitolio donde se entregó todo el material que nos habían donado.
También, Manuel Renero, el dueño de la tienda, le escribe una carta al Inder, que es quien tiene que ver con los deportes en Cuba, pidiendo que si les dejaban tener una tienda de skateboarding en Cuba, y a cambio ellos construirían un skatepark en Cuba. Tomé la carta y me dirigí al Inder presentando el proyecto, pero simplemente me dijeron que lo iban a pensar y en fin, nunca dijeron ni decidieron nada.
En 2003 conozco a mi esposa con la cual sigo casado y quiero con mi vida y gracias a ella tengo todas las fotos que tengo patinando, como dije antes nadie tenía cámara en ese tiempo.
Luego aparece Red Bull para hacer una demostración de deportes extremos en Cuba, de skateboarding y BMX con fin de empezar a comercializar la bebida energética y por intermedio del Inder nos dan a conocer sobre este evento y se hace el primer evento en Cuba y unos meses antes se hace el primer video de skate en Cuba hecho por Wilfredo Fernández que ahora vive en España: "SKATE IN CUBA.”
Ahí también aparecen los patinadores en línea porque todos fuimos siempre una familia. BMX, skate, skate in línea. El video pertenece al 2004 (el año que me caso con Charlotte Sværke Klit Olsson).
Seguidamente hubo otro evento más de Red Bull en el cual pude participar en compañía de mi esposa siendo el último evento para mi en Cuba. El día 25 de Julio 2004 me marché a Dinamarca, y después a Suecia donde vivimos ahora, dejando atrás mis familiares y amigos y comencé una nueva vida pero sin dejar sentir la sensación y la adrenalina y el amor al skate, la cual sigo sintiendo a los 42 años (que voy a cumplir). Y tengo la gran alegría y felicidad de ver a mis dos hijos teniendo el mismo afecto al skate!!
Aunque estoy alejado de mi familia y de la generación de patinadores que con esfuerzos construimos, me siento con la obligación de que mientras yo siga vivo, ayudar y llevar material a todos los patinadores cubanos, a la vez también me siento triste porque es mucho el material que puedo llevar pero poco el que puedo pasar. El dinero no me interesa, pero hace falta para estas misma ocasiones, porque vivo lejos y cuesta mucho el viaje con mucho peso extra en el avión.
Me gustaría de verdad poder ayudarles las personas que lo merecen. Se despide con un fuerte abrazo para todos los patinadores cubanos y del mundo entero.
El Negro. Un skater cubano.